Ella, insatisfecha y un tanto aburrida en su matrimonio, se ve muy sorprendida ante los halagos que de pronto le otorga un extraño a través de un monitor y esto le hace gracia y divierte en un principio. Poco a poco esa relación a distancia se va consolidando y ella se siente cada vez más agusto cuando se pone delante de la pantallita del móvil con su "nueva relación virtual". Es excitante Jugar a "mujer infiel, sexy y liberal", puede expresarse con ese hombre sin tabúes ni represiones de ningún tipo y se deja llevar por sus más ardientes fantasías, esas que reprime ante su cónyuge por temor a ser rechazada, juzgada o simplemente porque su pareja no alcanza el nivel sexual que requiere su naturaleza. En cambio jugando con su ciber-amante disfruta incluso de unos orgasmos que no siente ni había soñado alcanzar en su vida "auténtica".
Por la otra parte, su partenaire a distancia suele encontrarse en idéntica o parecida situación y la cosa marcha viento en popa hasta que...¡Ayy! comienzan a entrar en juego los sentimientos, que nada saben de distancias, ciberespacios ni virtualidades. Se sienten en el corazón, retumban como un tambor en el alma y ya está; y uno de los dos (normalmente el varón, más apasionado y menos cabal y reflexivo) empieza a enamorarse perdidamente de esa persona que, aunque no conoce en persona y muy probablemente jamás conozca, anhela, sueña o le falta en su vida, idealizándola quizás en exceso; e inevitablemente comienzan a surgir los conflictos propios de una medio tan oculto y oscuro como es Internet y las redes sociales en concreto.
Esto significa que cada vez que nuestro enamorado amigo visita el muro o perfíl de su dama, se enoja o emberrincha ante comentarios o conductas de otros "Don Juanes" que a su vez, también buscan la oportunidad de cortejar y conquistar a la protagonista del perfil. Y ahí... ¡Cuidado amigo!, pues nada hay más dañino que intentar "leer" o interpretar el propósito o la intención de comentarios de este tipo en la red, sobre todo en cuanto a la actitud que adopte ella contestando a los mismos (una palabra o un emoticono de más o de menos puede desencadenar penosas tormentas o dañar seriamente a un ente sensible).
En este momento todo son ya interrogantes, confusión, interpretaciones, erradas a veces, desconfianza y...celos. Sí, celos. Un sentimiento de inseguridad que de inmediato comenzará a taladrar la relación de los clandestinos amantes. Él, sufriendo pensando en que si ya de por si es jodido aceptar que la mujer que amas pertenece a otro hombre en realidad, no poseerla "en exclusiva" tampoco en el plano virtual le produce una terrible frustración y desasosiego.
Si es infiel al hombre que comparte su vida... ¿Cómo no va serlo con alguien que vive tan alejado y del que ni tan siquiera conoce la mirada frente a frente, ni ha sentido el tacto de sus manos en la piel, ni el sabor de sus besos? -se pregunta amargamente-
Ella, por otro lado (y con los pies más firmes sobre el suelo), se encuentra muy agusto y entretenida disfrutando de su nuevo estatus de mujer libre y sexy, del romántico deseo de su amante y de la legión de "ciberligones" que la cortejan y calientan el ego (y otras cosas) a diario, y ahora, ya "liberada" se divierte colgando fotos propias y textos sugerentes para "animar" el cotarro y por ende, la libido de sus visitantes. Al fín y al cabo ¡Nunca se había sentido tan deseada por tantos hombres! Por eso no está dispuesta a renunciar a ese desahogo que le evade de las frustraciones de su vida conyugal. Sabe muy bien que al fin y a la postre, todo se trata de un juego. Un juego que, salvo excepciones (que las hay, aunque pocas) tarde o temprano acabará en nada. Un juego muy placentero y especial... pero que nunca le hará perder la cabeza como para abandonar jamás a su pareja verdadera, la real, el padre de sus hijos y al fin y al cabo quién le hace el amor entre las sábanas; y mucho menos por un hombre al que, pese a haber compartido a distancia muchas horas y sensaciones (Sin duda más que con su propio esposo) y por mucho cariño o afecto que pueda sentir por él... No dejará nunca de ver como a un desconocido.
Así que, en buena lógica, cada vez tolerará peor esos celos de su "novio" ni nada que le corte su recién encontrada libertad; hasta que ya existan más discusiones y mal rollo que placer y felicidad en esa relación virtual; y al igual que empezó... todo termine.
Copyright © 2016 Max Piquer
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