31 mar 2016

LOA A LAS PIERNAS (RELATO COMPLETO)


Los astros de la creación estuvieron especialmente iluminados cuando cargados de buen gusto idearon y esbozaron la indómita belleza de las piernas femeninas. Extraordinaria la gran cantidad de matices y sensaciones que pueden extraerse de cada una de ellas. Largas, estilizadas, cortas, delgadas, anchas, rectas, musculosas, torneadas; Todas atesoran su particular magia y su misterio como igualmente difieren o son dispares entre sí las danzas que realizan según su  personal  manera de caminar. Si te fijas verás que algunas dan pasos decididos, orgullosos, diligentes; pues tienen muy claro a donde se dirigen; nada ni nadie podrá desviarlas de su camino. Si de pronto, sobre la marcha, deciden soñar durante unos segundos, no pasa nada, conectan el piloto automático y el recorrido continúa perfectamente sin que se perciba fallo o descoordinación alguna en la coreografía exhibida, mecánicamente deliciosos; hasta la llegada final a su destino. Sus andares tienen aire marcial, pasos largos y precisos, bien acompasados y marcados. Piernas seguras de si mismas que se reinventan a diario,  rebosando vitalidad y energía.

Los pasos de otras, en cambio, son cortos y dubitativos, porque en el fondo se sienten siempre fugitivas de algo, de alguien o simplemente de ellas mismas, de sus miedos,  complejos infundados y esa timidez bloqueadora que intenta vencerlas bajo la amenaza del ridículo y la vergüenza Si emprenden la marcha de buen humor es posible que pasados unos instantes, se pongan de mal talante tan solo por haber metido sin querer el tacón en el agujerito más inoportuno, un mal tropezón que le haga perder el equilibrio rompiendo estética y estática; como si una invisible pierna enemiga le hubiese puesto la zancadilla; o por un pie tosco  y torpe que la pise, sin disculparse, al salir del baño de un local cualquiera. ¡Qué decir sobre algo que lleva fatal! Tener la sospecha de llevar adherida a la suela del zapato un pedazo de goma de mascar olor a menta o la siempre desagradable experiencia de pisar un excremento canino “perdido” sobre la acera; como si le hubiese tocado en una tómbola.   Siempre inseguras, dudan  continuamente y a veces discuten por un mal depilado, una variz que aparece sin haber sido llamada o cualquier otra chorrada o tontería.

Según el “Legs News” prestigioso diario de gran veracidad y aceptación entre la comunidad de piernas femeninas internacionales, se han conocido casos extremos en los que, al no llegar a un acuerdo, cada pierna emprendía por defecto un camino diferente al salir de casa, con la subsiguiente confusión. Piernas delgadas y fibrosas, eléctricas, que se mueven inquietas sin control durante la noche y suplican al día calma, serenidad y reposo. Dejar a un lado su estresante devaneo, relajarse y soñar que caminan por la playa notando en la piel como la arena masajea con dulzura las plantas de sus pies; mientras el candor del sosiego convierte el canto de las gaviotas en románticas baladas.

En el otro extremo se encuentran las piernas tranquilas, de menor longitud y mayor poderío muscular. De tibias cortas pero capaces de correr sin parar durante toda la noche si con ello consiguen alcanzar alguno de sus sueños u objetivos. Diestras son también en las nobles artes de la lucha, donde cocean con furia y energía inusitada si el enojo ha alterado peligrosamente los niveles de su consciencia. Especialmente temibles son sus ataques directos teledirigidos a la región genital del enemigo donde suelen resultar infalibles.

Pese a lo que pueda parecer por su carácter fuerte, son a su vez cariñosas y cercanas si se sienten bien tratadas y atendidas.
Dulces, sensibles, amorosas, embriagadoras, coquetas y un poco niñas cuando salen de vez en cuando del interior de su caja de muñecas. Heteros, bisexuales y gays las admiran; no existe condición ni inclinación sexual que no las disfrute de una u otra manera. Unos por deleitarse en el tacto de su epidermis, otros simplemente las envidian porque desearían que fuesen las suyas.




Podríamos hablar de miles de piernas distintas, cada una con su personalidad, su propio mundo; y así pasarnos cientos y cientos de horas y horas para nunca acabar pues la lista es infinita. Aunque no lo parezca, no existen dos pares de piernas iguales, como tampoco dos besos. Lo que si puede asegurarse, virtud común entre todas,  es el extraordinario poder seductor que atesoran y que en muchos casos ni sus mismas dueñas conocen. ¿Qué hombre no babea cuando delante de él caminan unas elegantes piernas femeninas  con ese taconeo acompasado que hechiza en cada paso? ¿Y qué decir del morbazo que produce una carrera en la media a lo largo de su extensión? ¿Cuántas ilusiones no crea esa fábrica incesante de fantasías?

Solazarse aplicándoles un largo y sensual masaje desde los dedos del pie hasta la ingle, sin obviar ni un centímetro de epidermis, acariciar los gemelos, besar los talones, el envés de las rodillas o recrearse invadiendo con sutiles friegas la zona interna de los muslos es una experiencia doblemente impagable tanto para la masajeada como para el masajista; pero sin duda alguna el mayor ejercicio de seducción a los ojos del hombre por parte de una mujer es el casi sagrado ritual del cruce y descruce de piernas, algo fascinante que generalmente todas conocen y practican; y que las más coquetas y tentadoras dominan y recrean a la perfección. Con auténtico arte son capaces de enseñándote muy poco o lo justo, hacerte creer que lo has visto todo; lentamente en algunos casos, disimulando, como si no se dieran cuenta de la porción de  anatomía que muestran “por descuido”. Al comunicarle en una mirada lo mucho que te ha agradado la visión, de la misma manera, “disimulando” se tapan muy púdicamente estirando al máximo el pliegue de su falda, como si fuera de goma; ¡ No vayas a pensar que es una cualquiera!. Esto me encanta, siempre me hace sonreír. En otras ocasiones realizan el show muy muy rápido, sorprendiéndote; cruzan y descruzan en un periquete ¡Visto y no visto! debes de estar muy atento o no te percatarás de que te envía un sugerente mensaje en modo subliminal; y con él la apetencia, atracción o vibraciones que le produces.

Si por fortuna gozas de una memoria de gran capacidad retentiva podrás visualizar y revisar después las imágenes a cámara lenta varias veces; rebobinar, avanzar, parar cada secuencia… Y entonces, al tiempo que te excita descubrir la ausencia de ropa interior, caerás sin remedio en las incitantes redes que, tejidas celosamente por la mismísima Afrodita, la madre naturaleza puso como media invisible en cada pierna femenina.

Copyright © 2015 Max Piquer



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5 mar 2016

PLACER ETÉREO


No sé porqué le siento. Va conmigo a todas horas, no importa donde esté, con quién o a donde me encamine; siempre está ahí, en mi mente, en mi piel, en mi corazón, en mi sexo, como si formara parte de mi misma.

Jamás me ha hablado pero él maneja los hilos, soy una marioneta, un títere que solo puede esperar sus caprichos, sus antojos, sus deseos. Me consta que son los más intensos que puedan imaginarse, porque él puede verme, gestionar mis impulsos e incluso alterar el orden y el movimiento de todo aquello que me atañe directamente durante el día para por las noches disfrutarme a tope en sus sueños que también son los míos; besarme, morderme, jugar conmigo volteándome sobre una nube de algodón medio desnuda, pervertirme, penetrarme en el mundo de sus oníricas fantasías, a las que me lleva en volandas cada noche, en cuanto cierro los ojos y dejo en blanco mis pensamientos. De pronto siento que alguien me toca,con lascivia acaricia mis senos y una boca invisible se apodera de mi cuerpo, haciéndolo suyo devorándolo.

Durante el día no deja de dar señales de su presencia y poder. Hoy en el gimnasio, sabía que me observaba, notaba como un calor especial en mi trasero mientras correteaba sobre la cinta. Pero no era una carrera normal sobre un artilugio mecánico, podía oler maravillosas fragancias de árboles aromáticos mezclados con ese agradable olor fresco a tierra mojada; y percibir las caricias del viento contra mi rostro. De repente sé que se excitó mirándome, no me pregunten porqué y el pantalón de deporte pareció cobrar vida y se iba bajando con cada paso que daba. intentaba subirlo de nuevo y otra vez se bajaba más y más.  Me rendí a su juego, me gustaba. Poco a poco iba destapando mis nalgas como si del telón de un teatro descubriendo el espacio escénico se tratara. Él disfrutaba del espectáculo desde su platea desconocida, yo aquí en la realidad mundana, excitada corriendo...Totalmente desnuda. 

No puedo ver a nadie, pero sé que está ahí y me dejo llevar pues los placeres que me regala son extraordinarios, fantasías en las que hasta puedo elegir mentalmente el tamaño y grosor de su pene o el número e intensidad de mis orgasmos. Deleite a la carta. 
Cada noche, cuando me lleva de regreso a mi cama suele ponerme deberes para el día siguiente. Los percibo y acato obedientemente y sé que eso le place. También a mi, porque es increíble excitar y seducir a un ente etéreo. Ayer, sin ir más lejos, me ordenó que viviera todo el día con la falda más cortita que tuviera... sin ropa interior. Me pasé toda la mañana en la oficina excitada, sin poder concentrarme apenas en el trabajo. Solo deseaba saber cual sería su premio a mi obediencia. Al ir al baño ya terminada la jornada obtuve la respuesta. Me retoqué la cara con la brochita del colorete y cada brochazo se convertía en un beso corto, de un cariño inconmensurable. Cuando me pintaba los labios, la barrita se convertía en lengua, en su lengua, cálida y ensoñadora que empezaba a besarme con ansiedad y mágica voracidaz todo, absolutamente todo mi cuerpo. Nunca antes me corrí tantas veces ni con tanta intensidad. De hecho siempre me consideré más bien frígida de tanto escuchar esa misma perorata por parte del necio de mi marido. Pero él me ha demostrado que no es así, Ya sabéis aquello del amante inexperto...
Mi sexualidad le pertenece por derecho. Me importa un bledo si eso me cuesta el divorcio. Ningún hombre puede comparársele. 

Un viaje onírico que toda mujer desearía experimentar. La pura esencia del amor, el súmumm de la pasión. 
¿Una ilusión de mi mente? ¿Será todo producto de mi imaginación? Puede ser. Ya hace tiempo que no le busco explicaciones más o menos lógicas a estas experiencias, solo las disfruto. ¿Sufro algún tipo de patología mental? Es posible; ¿Se trata de un fantasma,un alma desterrada? ¿un espíritu? Quizás. ¿Nos conocimos en una vida pasada? ¿Quién sabe?
No me importa, me da exactamente igual.
Solo sé que si esto es la locura, señoras y señores díganle a quien corresponda que me niego a recobrar la razón.

Copyright © 2016 Max Piquer


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4 mar 2016

SABOREÁNDOTE



¿De verdad quieres saber a qué me sabes?
Me sabes a piel de látex, a cuerpo de seda, a medias negras con costura, a besos dominantes, a cuero y labios rojos; a suspiros en el alma de extrema complacencia. A sudor entre los senos, a placer almibarado, a pecados compartidos, a bebé. Sabes también a mimos, añoranza, impaciencia; a dulces amaneceres, a temor a la tormenta, a sueños imaginados, pensamientos obsesivos, a miradas perdidas en el cielo, a caricias que se tornan sentimiento, a pasiones desatadas, a desvelos, a cócteles de flujo y vino. A esperma entre los muslos, a saliva edulcorada, a humedad a escalofríos. A devoción, a lujuria, azotes, a gritos pervertidos; a orgiásticas plegarias; a principios, a finales, a hojas en blanco, a tinta seca, a cataratas de secretos desvelados, a besos abrasivos, a esperanza. A deleite, a vicio, a recato, a desvergüenza, a guiños, a tímidas tentaciones en el alma, a flores, a mar, a campo, a viento, a pasiones oníricas, a virtuales realidades; a bocetos de amores anhelados.
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Max Piquer. (2016.Todos los derechos reservados)              Modelo: Mako Pastor García



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